Conclusiones del Encuentro sobre Agricultura Familiar

En el marco de las actividades que realiza la Comisión Nacional Justicia y Paz (CNJP) en temas de agricultura familiar, los días 3 y 4 de junio tuvo lugar el III Encuentro Inter diocesano “Realidad rural y desafíos para la pastoral de la Iglesia” organizado conjuntamente con las Pastorales Sociales de las diócesis de Añatuya y Santiago del Estero.Es continuidad de los realizados en junio 2014 con la Arquidiócesis de Corrientes y en septiembre 2015 con la Diócesis de Reconquista (provincia de Santa Fe) y fue posible por la  solidaridad de Misereor, la organización de los obispos católicos alemanes de cooperación al desarrollo.

El objetivo del Encuentro fue analizar estas situaciones, leer los signos a la luz del Evangelio y las enseñanzas sociales de la Iglesia y plantear caminos para la acción.

Participaron 52 personas provenientes de las diócesis de Orán, Cafayate, Santísima Concepción de Tucumán, San Miguel de Tucumán, La Rioja, Añatuya, Santiago del Estero, Catamarca y Chaco. También estuvo representado el Sector Rurales de la Acción Católica Argentina; 6 organizaciones campesinas (MOCASE Institucional, MESAT, Mesa Zonal Choya Guasayán, Mesa Provincial de Tierras de Salta, Asociación de Productores Orgánicos de Carne Añatuya, ACINA); 3 instituciones de promoción: (INCUPO, Be.Pe., FUNDAPAZ).

En la apertura, y en representación del Gobierno de la provincia de Santiago del Estero se hicieron presentes el Dr. Elías Suárez, Jefe de Gabinete de Ministros y el Dr. Pedro Orieta, Director de Relaciones Institucionales. Los saludos de bienvenida estuvieron a cargo de Mons. Vicente Bokalic Iglic, obispo de Santiago del Estero, del Hno. Rodrigo Castells Daverede s.j., por la Pastoral Social de Añatuya y del Dr. Carlos José Vigil, por la Comisión Nacional Justicia y Paz.

  1. Contenidos del Encuentro

a)      La voz campesina:

En el panel inicial campesinas y campesinos de distintas zonas de Santiago del Estero y de La Rioja presentaron un panorama de la situación campesina, mencionando las amenazas de desalojo que soportan muchas familias de las tierras que poseen por parte de personas o empresas tenedoras de títulos cuya legalidad no siempre es clara. Señalaron las consecuencias del avance de la agricultura extensiva y la ganadería intensiva, que degradan ecosistemas frágiles, perjudicando a los habitantes locales y también de otras zonas del país ya que se dañan y agotan bienes comunes, se eliminan barreras naturales disminuyendo la capacidad de absorción de los suelos con el consiguiente desplazamiento de grandes masas de agua que provocan inundaciones.

Hablaron de los efectos de la mega minería (en Famatina, La Rioja; en La Alumbrera y el proyecto Tres Quebradas en el Dpto. Tinogasta, Catamarca) en los ecosistemas y en la vida de las familias campesinas: destrucción de fuentes de agua, contaminación, expulsión de las tierras que destinan al ganado y la agricultura.

Todos señalaron que la organización es la vía más efectiva para defensa de los derechos campesinos y remarcaron el papel de agentes pastorales e instituciones de inspiración cristiana en su promoción y apoyo.

b)      La voz de los Pastores:

Escuchamos palabras orientadoras de parte de los obispos de las dos diócesis co-organizadoras. En la apertura Mons. Vicente Bokalic Iglic animó a continuar el camino y fortalecer las acciones. Más tarde, en el panel sobre Laudato si’ habló de la “espiritualidad para el cuidado de la casa común” remarcando lo dicho por el Papa: la crisis ecológica que soporta el mundo nos exige una profunda conversión interior; una conversión ecológica que deje brotar todas las consecuencias del encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que nos rodea (LS, n°217), porque quienes más sufren los efectos de esa crisis son los pobres.

Mons. José Melitón Chávez, obispo de Añatuya, habló del acompañamiento de la Iglesia a las familias y organizaciones: brindar espacios (incluso físico) de acogida y acompañamiento a las familias y organizaciones; abrir los oídos, escuchar a la gente; abrir los ojos y compartir miradas; alentar el protagonismo, los campesinos deben decir su palabra, dar a conocer su  cosmovisión. La Iglesia debe aportar la riqueza de su enseñanza social, ayudar a la superación conflictos, con los actores externos y los que surgen en las propias organizaciones campesinas, ya que las divisiones debilitan.

Todo lo dicho, continuó Monseñor Chávez, brota de principios básicos en las enseñanzas sociales de la Iglesia.

c)       Los aportes de expertos:

La Dra. Magdalena Abt, el Ing. Mario Berton y el Lic. Juan Luis Díaz analizaron temas de: manejo de cuencas hídricas y consecuencias del uso inadecuado del agua; leyes de protección de componentes ambientales cuyo cumplimiento se debe exigir; incentivos que se pueden aprovechar y programas nacionales o provinciales que pueden ser aprovechados por los pequeños productores.

d)      Experiencias de acompañamiento pastoral, promoción y desarrollo de las familias de pequeños productores rurales.

Se analizaron experiencias de:

-  La Mesa de Tierras de Choya y Guasayán, acompañada por Be.Pe.

-  Campesinos de la zona de San José del Boquerón explicaron las características de sus sistemas de producción que aprovechan y preservan el monte, destacando el apoyo de la parroquia local en la disputa por la ocupación de sus tierras;

-  Tres organizaciones (30 familias) integrantes de la Mesa Zonal Ámbito Tierras de la zona de Añatuya (MEZAT), mostraron el proceso de producción de ganadería caprina en forma ecológica que hacen con el asesoramiento de INCUPO.

-  La Mesa de Tierras de Salta, de la que forma parte la diócesis de Orán, explicó cómo se fueron resolviendo de manera equitativa y pacífica los problemas que presentaba el asentamiento de familias criollas en territorios indígenas, para lo cual tuvieron el acompañamiento de FUNDAPAZ.

-  Varios movimientos campesinos relataron sus experiencias organizativas:

-El Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE Institucional);

-La Mesa Zonal Ámbito Tierras (MEZAT) de Añatuya;

-La Mesa de Tierras de Choya y Guasayán;

-La Asamblea Campesina Indígena del Norte Argentino (ACINA).

 

e)      Conclusiones:

Los testimonios de distintos actores pusieron de manifiesto una vez más las dificultades que aquejan a las familias campesinas: inseguridad en la posesión de las tierras, presiones y desalojos forzados; falta de control en aplicación de las leyes; abusos de autoridad y dificultades para acceder a la justicia; destrucción de los ecosistemas que sustentan sus sistemas de vida; carencia de servicios públicos esenciales; falta de oportunidades para los jóvenes que se ven obligados a migrar.

Estas situaciones revelan la inexistencia de políticas públicas de protección y aliento a la producción familiar campesina, la ausencia del estado y, en ciertos casos, la complicidad de los funcionarios.

Se reafirmaron las potencialidades de la producción familiar y el valor de la presencia campesina en los territorios y el papel que desempeñan sus organizaciones en la defensa de derechos.

Se dieron a conocer valiosas experiencias de agentes de pastoral que promueven y acompañan iniciativas de desarrollo campesino; que se comprometen y participan activamente en acciones de defensa de las familias y el ambiente. Se visualizó el trabajo conjunto y el apoyo mutuo entre agentes de pastoral e instituciones de promoción de inspiración cristiana. Las organizaciones campesinas señalaron que en sus orígenes y desarrollo fueron apoyadas por parroquias, por algunas diócesis y por instituciones de promoción.

Pero quedó claro asimismo que en muchas partes no se percibe un compromiso de los organismos eclesiales con el mundo rural y la defensa de la Casa Común y es necesario un replanteo. La Iglesia argentina tuvo una pastoral rural novedosa y fuerte, como fue por ejemplo el Movimiento Rural hace décadas, que fue decayendo hasta casi desaparecer. Las situaciones han cambiado; en casos se agravaron. ¿Qué podemos y queremos hacer los cristianos, los organismos eclesiales, las Parroquias, las Diócesis hoy? ¿Cómo se responde a la confianza y expectativas que tienen las organizaciones campesinas en la Iglesia?

¿Cómo atender las apelaciones del Papa Francisco? No es posible pensar el futuro de la agricultura en base a un modelo que otorgue todas las ventajas a un grupo restringido y una exigua porción de la población mundial; hay que pensar nuevos modelos de desarrollo y consumo, facilitando formas de organización comunitaria que valoricen a los pequeños productores y preserven los ecosistemas locales y la biodiversidad (conceptos del Papa Francisco en la “Carta al X Foro por el futuro de la agricultura”, celebrado en Bruselas el 28 de mayo del 2017).

Es mucho lo que se puede hacer (LS n° 180); hay que ponerse a hacerlo.