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Convocatoria

de la Conferencia Episcopal Argentina –C.E.A.-

Al IX CONGRESO EUCARISTICO NACIONAL

 

 

 

Con la fuerza de la esperanza cristiana siempre presente en nuestro pueblo y ante las dificultades y tensiones propias de la época que vivimos, los Obispos de Argentina, queremos seguir suscitando momentos fuertes que nos ayuden a avanzar en el camino hacia el Padre.

Creemos estar viviendo un tiempo privilegiado de presencia de Dios. El nos llama desde muchos siglos, como:

* la reciente celebración   a Jesucristo que durante cinco siglos viene transformando los corazones del pueblo latinoamericano;

* el llamado a la Nueva Evangelización que Juan Pablo II hiciera a todo el continente, en los umbrales del tercer milenio;

* el camino de la Nueva Evangelización que la Iglesia en la Argentina debe seguir recorriendo y profundizando;

*  la situación peculiar de cambio que vive nuestra Patria. Entre logros y desconciertos, búsquedas y frustraciones, florecen en el pueblo expectativas que reclaman de nosotros motivos de esperanza en Dios nuestro Padre;

* al pueblo Argentino, especialmente los sectores más humildes, pobres, marginados y sufrientes que esperan la presencia servidora de la Iglesia Católica, con la palabra, los sacramentos y el testimonio.

Teniendo presente todo esto, y por fidelidad al Espíritu Santo que nos inspira y guía, convocamos a los fieles cristianos a celebrar el IX Congreso Eucarístico Nacional, del l al 4 de setiembre de 1994, en la ciudad de Santiago del Estero, bajo el lema JESUCRISTO, PAN DE VIDA, ESPERANZA DE LOS HOMBRES.

Su objetivo general es profundizar el misterio eucarístico para destacar su centralidad en la vida en la Iglesia y en la Nueva Evangelización.

Queremos, en primer lugar, profesar y celebrar nuestra fe, en la presencia verdadera y viva del Señor en la Eucaristía.

Proclamamos, una vez más, que Jesús instituyó el Sacramento de su Amor, la Eucaristía, para hacer siempre presente su Sacrificio redentor. En Ella, "permanece el Señor en medio de su pueblo para alimentarlo con su cuerpo y con su sangre, fortaleciendo y expresando la comunión y solidaridad que debe reinar entre los cristianos" (CSD, 6).

Queremos también reafirmar nuestras "Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización", confirmadas y enriquecidas ahora por las conclusiones de Santo Domingo (Cf. LPNE, 6), especialmente su núcleo inspirador: suscitar y madurar "la fe en Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, presentándola como un potencial que sana ,

afianza y promueve la dignidad del hombre" (LPNE, 16).

Es nuestra intención dar gracias a Dios por el regalo del "Catecismo de la Iglesia Católica". Ayudados por El, deseamos profundizar la fe, celebrarla en comunidad y convertirla en vida y oración.

Al hacer memoria al 60º Aniversario del XXXII Congreso Eucarístico Internacional de 1934, invitamos a realizar una lectura de fe sobre el proceso de renovación eclesial que produjo en nuestro país, como parte de la historia Santa de la salvación.

Dios, al actuar en la historia, suele elegir lugares concretos para brindarnos su gracia. Al elegir para el congreso la ciudad de Santiago del Estero, agradecemos al Señor la evangelización de nuestro país. Desde ella, llamada "Madre de Ciudades", partieron nuestros antepasados a fundar algunas de las más antiguas del noroeste argentino. Allí se estableció la primera sede diocesana y fue un centro de irradiación y expansión misionera, como lo prueba, entre otras cosas, el servicio evangelizador de San Francisco Solano. Allí se creó el primer Seminario para la formación de futuros sacerdotes, y se realizaron las primeras ordenaciones presbiterales. En Santiago del Estero también se consagró al primer obispo de Buenos Aires.

En esa .provincia, que sufre tantas carencias materiales, rica , sin embargo, en fe y tradiciones cristianas, celebraremos nuestro IX Congreso Eucarístico Nacional, para reavivar la memoria de la primera evangelización e impulsar la nueva. En la tarea de la Iglesia, la celebración de la Eucaristía y el culto público y privado al Santísimo Sacramento, junto con la palabra, tienen siempre el lugar central.

Encomendamos a la intercesión maternal de la Santísima Virgen María, Madre de Jesús y Estrella de la Nueva Evangelización, los esfuerzos e iniciativas de la celebración de este Congreso.

 

San Miguel (Buenos Aires)

 en la Fiesta de Nuestra Señora del Valle, 24 de abril de 1993.