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En el mes de diciembre de 1982
se reúne la Comisión Permanente de la C.E.A. para evaluar sus trabajos anuales
y dar cuenta de los que tiene en preparación. Mientras se hallaba en sesiones
de trabajo tiene lugar la Marcha del pueblo por la Democracia y la Constitución
Nacional (día 15), la que se lleva al cabo en forma correcta hasta su
finalización, en que se desencadenan hechos de violencia con muertes, destrozos
y heridos. Ello da lugar a que, al emitir la Comisión Permanente un comunicado
reseñando sus trabajos, deje constancia de que “lamenta hondamente” que la
expresión cívica de principios como la anunciada haya derivado en sucesos que
no sirven a la reconciliación. Con ello el Episcopado pone el acento en su
esencial preocupación pastoral por la paz y la reconciliación de los
Argentinos.
La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina terminó, este mediodía, las sesiones de la última Reunión de 1982.
En ella fueron considerador diversos temas, presentados por los señores Obispos a través de los delegados de las diversas Provincias Eclesiásticas.
Asimismo se reflexionó sobre circunstancias de la actualidad nacional, y, al respecto, se tomó conocimiento con dolor, y por lo mismo se ha lamentado hondamente, que una expresión cívica de principios como la que se había anunciado para ayer, haya tenido derivaciones que nadie en el pueblo argentino puede aprobar, y que no sirven para la reconciliación anhelada.
En cuanto a la labor en pro de la reconciliación, que en nombre de la Conferencia Episcopal está desarrollando el Equipo de Pastoral Social, y que en su primera etapa ha consistido principalmente en oír exposiciones de numerosos dirigentes sobre la situación del País, se espera confiadamente que en una segunda etapa se puedan escuchar de todos los interlocutores manifestaciones del sector o grupo que representen, en cuanto a objetivos y aportes concretos para la reconciliación.
La Comisión Permanente, en el curso de sus deliberaciones de estos días, ha resuelto la publicación de un documento acerca del Año Santo que Su Santidad el papa ha declarado para conmemorar la Redención.
También se informó sobre el estado de preparación del documento sobre moralidad que se piensa publicar en los meses siguientes a la próxima Asamblea Plenaria.
Asimismo se aprobó un documento sobre el cuidado pastoral de los enfermos, que en su momento será enviado a los Sacerdotes.
Otros de los puntos considerados fue la conveniente adecuación de las Regiones pastorales del País, dentro de la labor de la Iglesia.
También fueron aprobados definitivamente los estatutos de la Junta de Institutos Seculares de la Argentina, que hasta ahora regían en forma experimental.
La Comisión Permanente decidió procurar una solicitud conjunta de los Episcopados del Paraguay, Brasil, y Uruguay con la Conferencia Episcopal Argentina, en orden a rogar al Sumo Pontífice la canonización de los Beatos Mártires de las Misiones Jesuíticas, habiéndose extendido la acción evangelizadora de las mismas por zonas de dichos Países.
Asimismo, y en las proximidades de la celebración del centenario de la muerte del Obispo Fray Mamerto Esquiú, la Comisión Permanente se interesó en el proceso de beatificación del ilustre argentino, testigo auténtico de un trabajo abnegado en pro de la reconciliación nacional, en su tiempo y ejemplo concreto para nuestro quehacer.
Otro de los temas que ocupó la atención de la Comisión fue el de la moralidad de los espectáculos públicos, y la necesidad de afirmar la conocida enseñanza de la Iglesia, y las prescripciones de la moral natural a su respecto.
Asimismo se aprobó la realización en el curso de 1983, de una Semana de Teología, cuyo tema será: “El misterio de la Cruz y la reconciliación”, para reflexionar sobre la muerte de Nuestro Señor Jesucristo en la cruz, como raíz última de la reconciliación.
Luego y ante la gravísima situación creada por las inundaciones en algunas zonas del País, la Comisión Permanente resolvió encomendar a Caritas Argentina continúe sus tareas a favor de aquellos hermanos tan duramente probados.
Finalmente y también en orden a la buscada reconciliación nacional, como los cristianos creemos que debe ser solicitada a Dios Nuestro Señor, la Comisión Permanente recuerda a los fieles la Jornada de Oración del domingo próximo: para que todos tengan presente dónde el cristiano debe poner su confianza –no para hacer manifestaciones– para así aprender a hablar con los hombres. Comenzamos rezando por los muertos, por todos los muertos que son llorados a causa de la violencia en estos años, precisamente como signo de reconciliación.
Buenos Aires, 17 de diciembre de 1982