EMISIONES TELEVISIVAS INACEPTABLES
Comunicado de la Comisión Permanente del
Episcopado Argentino
En su labor
evangelizadora el Episcopado advierte que una de las cuestiones que irrumpen
con características nuevas es la ruptura de los patrones morales vigentes en la
sociedad Argentina. Si bien la cuestión posee una dimensión muy amplia, el
Episcopado coloca el acento en los medios de comunicación social en general y
en especial, el de las emisiones televisivas.
Al señalarlo el
documento Episcopal manifiesta el peligro que ello entraña para la salud moral
y espiritual del pueblo Argentino.
"En este momento en que los diversos sectores buscan
reconstruir al país desde sus "propios cimientos integrados por los
valores morales y espirituales" (Multipartidaria 16/ 12/ 82), y se anhela
una renovación profunda y positiva, asistimos con inquietud al avance
intencionado y progresivo de la inmoralidad en el campo de los Medios de
Comunicación Social". Así se expresaba la Comisión Episcopal para los
Medios de Comunicación Social en diciembre de 1982.
Hoy comprobamos, con mayor preocupación, que aquel
proceso de corrupción iniciado ya hace varios años no se detiene sino que
avanza amenazante y tiende a una descarada expansión en todo el ámbito de la
Comunicación Social. Revistas, teatro, publicidad, cine y ahora también la
televisión son invadidos por esta impúdica exacerbación de las pasiones
malsanas. Los ideólogos y libertadores de la degradación sexual parece que no
conformes con las posiciones logradas hasta el momento tratan de penetrar
aceleradamente en áreas de mayor consumo masivo y donde es prácticamente imposible
la protección del público. Cada vez son más numerosas las voces de indignación
y protesta que se reciben de padres y madres de familia, educadores y personas
de sano criterio con respecto a programas y series de TV; por su nocivo efecto
en jóvenes, adolescentes y niños.
En esta etapa que podemos llamar de tanteo la pantalla
hogareña nos presenta a "cómicos" que han pasado abiertamente a la
expresión agresiva y de mal gusto; las telenovelas, no solamente consideran al
adulterio y al aborto como algo aceptable y natural, sino que empiezan a
mostrar escenas procaces, drogadicción y todo tipo de morbosas desviaciones. Se
apela con frecuencia para justificar tales aberraciones al argumento de la
responsabilidad de los padres y al horario de protección al menor. Pero sabemos
que en la práctica tal argumentación resulta inconsistente: falta de comodidad
en las casas; horarios familiares que no coinciden con los propuestos por la
TV, etc. Y esto dicho en el supuesto de que tales programas se emitan teniendo
en cuenta el horario de protección al menor, cosa que no siempre ocurre.
La televisión es un medio masivo de comunicación, que
penetra en todos los hogares y que no puede regirse por las mismas reglas que
el cine donde se pueden establecer categorías y controles. De otra manera,
podríamos caer en la incongruencia que mientras la ley 23.052 y su
reglamentación atiende, en alguna medida, a la protección de la minoridad en el
cine, desde la pantalla hogareña se agrede al público juvenil con imágenes,
vocabulario y escenas ofensivas. Conviene recordar, por otra parte, que la ley
22.285 sobre Radiodifusión actualmente en vigencia, no permite la exhibición de
esos programas en ningún horario por televisión.
Se menciona con frecuencia a la libertad de expresión
como fundamento de las actitudes permisivas. No se debe confundir libertad con
libertinaje.
La Asamblea de las Naciones Unidas, afirmó por unanimidad
en 1966 que "toda persona tiene derecho a la libertad de expresión, pero
el ejercicio de ese derecho entraña deberes y responsabilidades, pudiendo estar
sujeto a ciertas restricciones expresamente previstas por la ley, para asegurar
los derechos y reputación de los demás, y la protección de la seguridad
nacional, el orden y la moral pública". (Pacto Internacional sobre
Derechos Civiles y Políticos).
Proclamamos con el Concilio: "que la primacía del
orden moral objetivo ha de ser aceptada por todos puesto que es el único que
supera y congruentemente ordena todos los demás órdenes humanos por dignos que
sean, sin excluir el arte" (Documento sobre los Medios de Comunicación
Social - Concilio Vaticano II).
El país que anhelamos sólo podrá realizarse si el ámbito
social favorece el desarrollo de los valores humanos y trascendentes que están
en las raíces mismas de nuestra cultura.
Buenos Aires, 8 de agosto de 1984.