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El mundo del trabajo se halla representado por dos sectores protagónicos: los obreros y los empresarios. Con ocasión de su visita pastoral, el Santo Padre tiene programada una jornada especial con los primeros, según lo hace conocer el Episcopado en su Mensaje del 27 de diciembre. Con el mismo propósito el Equipo de Pastoral Social, por encargo del Episcopado, formula pocos días después igual invitación a los empresarios y dirigentes de empresas, a fin de celebrar un encuentro con el Papa. Al anunciarla el Mensaje propone crear un Comité Organizador formado por los dirigentes y empresarios que se adhieran a la invitación.

 

 

A LOS EMPRESARIOS Y DIRIGENTES DE EMPRESA

 

Mensaje del Equipo Episcopal de Pastoral Social

 

        Los Obispos del Equipo Episcopal de Pastoral Social, como se hiciera con el mundo del trabajo en la Argentina; y por igual encargo del Episcopado, nos dirigimos ahora a los Empresarios, a los Dirigentes de Empresas y a sus Organizaciones Representativas para invitarles a participar activamente en una especial Jornada de reflexión, que el Santo Padre desea tener con todos ustedes, en ocasión de su próxima Visita a nuestro País.

        El Santo Padre les valora y mucho les estima, por todo cuanto ustedes significan como personas y como factores dinamizadores de la vida y la economía de la Nación.

        Les quiere alentar no sólo porque conoce sus dificultades; sino también porque les considera a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, como imprescindibles y útiles para asegurar la plena y digna ocupación laboral, el legítimo bienestar de la población, el desarrollo y el adecuado aprovechamiento de las riquezas naturales, y hasta para la misma consolidación de la democracia y de sus instituciones.

        Sin duda que el Santo Padre les querrá escuchar, y así interiorizarse mas aún de los problemas coyunturales que les afectan.

        Quisiéramos pedirles entonces, que nos vayan haciendo llegar sus principales inquietudes y preocupaciones, sobre todo bajo el punto de vista doctrinario.

        Sabemos que se han esforzado mucho, por concretar los diversos tipos de empresas que siguen cuidando. Sabemos también de los sacrificios que han hecho muchos de ustedes, y de los grandes obstáculos con que se han encontrado. Muchos no han podido sobrevivir; otros persisten en sus dificultades o peligran de desaparecer; y no pocos sufren por no poder concretar la necesaria justicia social, o bien no encuentran una adecuada capacidad de consumo en las familias.

        Lamentamos con ustedes, porque también ha habido ca­sos en que no hubo la esperada y debida honradez y solidaridad.

        Sabemos igualmente, que las empresas argentinas, al igual que las de los demás países del Continente, sufren fuertes presiones que les asfixian desde otros centros exteriores de poder.

        Pero nosotros las consideramos identificadas con los de­rechos y los intereses de la Nación; pero sobre todo, como lugares propicios para la evangelización.

       No concebimos a las empresas como simples medios de lucro o de conveniencias sectoriales.

       Entendemos a las empresas, como lugares de convergencia de la producción, elaboración y distribución.

        Las empresas reciben y elaboran bienes que provienen de Dios, con hombres que son hijos de Dios, y que son destinados a hombres, también hijos de Dios.

        El lucro justo mas que un fin, es un legítimo estímulo y recompensa por los riesgos y sacrifico s que supone la tarea y vocación empresarial.

        Son también las empresas, el centro donde concurren con derechos propios pero solidarios, la mano de obra, la tecnología y el capital, para hacer posibles los bienes que necesitan el progreso y la población.

        Nos congratulamos por los repetidos esfuerzos de acer­camiento, diálogo y de comprensión, que se están dando entre empresarios y obreros; por lo mismo que cada vez van compartiendo la misma suerte.

        Entendemos que el Estado les debe alentar, asistir y faci­litar el propio y justo desenvolvimiento, expresando siempre la necesaria subsidiariedad, que haga posible la libertad de iniciativa y creatividad en orden al bien común.

        Quisiéramos sumar esfuerzos en pro de soluciones y de caminos de superación de las empresas, que nos presentan sus grandes problemas: los excesivos estatismos y las intrincadas burocracias; el elevado costo del dinero, que va perdiendo su función social; la usura; los encarecimientos y el escaso poder adquisitivo de mucha gente; las competencias internacionales no siempre leales; el auge de la especulación; los condicionamientos extorsivos de la deuda externa; el desaliento que lleva a que muchos brazos, cerebros y capitales, entren en la tentación del éxodo; entre otros.

        Aún así, les invitamos respetuosamente a un humilde examen de conciencia, para que confrontándose cada uno con la realidad humana y social, económica y política del País, y sobre todo con la vocación de emprendedores, con que el Señor los ha dotado a cada dirigente y a cada empresario; pueden hacer posibles los grandes esfuerzos morales y materiales, junto con los profundos renunciamientos y sacrificios que requiere la reconstrucción del País.

        Es nuestro propósito, brindar a todos los Empresarios, Dirigentes de Empresas y de Organizaciones, este franco y alentador encuentro con el Santo Padre, el Sábado 11 de Abril en Buenos Aires; conforme lo dispusiera el Episcopado Argentino.

        Habremos de establecer una comisión Ejecutiva y un Comité Organizador con los Dirigentes, Empresarios y Organizaciones Nacionales Empresariales que se vayan adhiriendo.

        Para ello, nos permitimos solicitar el envío de adhesiones y ofrecimientos a participar en los preparativos de esta singular y trascendente Jornada, a la siguiente dirección: Equipo Episcopal de Pastoral Social: Paraguay 1867 - 1121 BUENOS AIRES (TE: 01 - 425708/44-7115).

        Invitaremos próximamente a las reuniones que sean necesarias para el mejor fruto de este feliz suceso, que consideramos providencial y auspicioso para el País y para todos los sectores comprometidos en el bien común.

        Entretanto, mientras aguardamos sus respuestas, hacemos propicia la ocasión para expresarles nuestros mejores anhelos, también con motivo de las gratísimas celebraciones que hemos tenido en Navidad, Año Nuevo y Reyes.

 

Buenos Aires, 10 de enero de 1987

 

Mons. Italo S. Di Stéfano

Presidente del E.E.P.S.

y Arzobispo de San Juan de Cuyo

 

Miembros:

Mons. Rodolfo Bufano

Obispo de San Justo

Mons. Jorge Novak Obispo de Quilmes

Mons. Rubén Di Monte Obispo de Avellaneda.