De la Conferencia Episcopal Argentina
La Iglesia
Latinoamericana ha protagonizado los acontecimientos más significativos de los
últimos cincuenta años al efectuar, a nivel continental, la mayor reflexión
colectiva de un episcopado; ese acontecimiento, fruto de una lenta elaboración
del cuerpo episcopal a través de varias etapas, va esbozando la unidad y
conciencia de colegialidad del continente. Ella se inicia tempranamente en el Concilio
Plenario Latinoamericano ( Roma, 1899) y se prolonga, tras las dos guerras
mundiales en la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano ( Río de
Janeiro, 1955), en donde nace el CELAM
(Conferencia Episcopal Latinoamericana). Esa colegialidad tiene
oportunidad de expresarse en el seno del concilio Vaticano II, se reafirma en
la Asamblea Ordinaria del CELAM en Mar del Plata ( 1966) y se consagra en la
segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano efectuada en
Medellín ( Colombia, 1968), oportunidad en la que se reflexiona colegiadamente
sobre La Iglesia en la actual
transformación de América Latina a la luz del Evangelio. Esa actitud se
mantiene cuando en 1976 el CELAM propone al Papa convocar una Tercera
Conferencia del Episcopado Latinoamericano para reflexionar sobre el tema La evangelización en el presente y en el
futuro de América Latina. El encuentro Episcopal se realiza en Puebla (
México, enero de 1979) con la presencia de 350 participantes y el trabajo de 22
comisiones, dando lugar al denominado Documento
final de Puebla, en que el pensamiento católico elabora, a la luz de la fe,
una comprensión de la realidad histórica y una visión pastoral de América
Latina.
El 25 enero de 1979 se inaugura en México, a los pies de la Virgen de Guadalupe, Patrona de América Latina, la IIIa. Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Inspirados en las líneas programáticas de S.S. Juan Pablo II, que entonces iniciaba en nuestras tierras sus viajes de Pastor de los pueblos, los Obispos publicaron – después de intenso trabajo en la ciudad de Puebla de los Ángeles – orientaciones fundamentales sobre . “La Evangelización en el presente y en el futuro de América Latina”. El valioso fruto de esta reunión es conocido sencillamente como “Documento de Puebla” y en estos años ha sido recibido, estudiado y aplicado por las comunidades cristianas y sus pastores, como una fuente segura de renovación pastoral.
En estos días se cumplirán 10 años de la aprobación que el Santo Padre dio a estas enseñanzas ( 23 de marzo de 1979), diciendo a los Obispos: “ Podéis sentiros satisfechos y optimistas de esta Conferencia... Este Documento fruto de asidua oración, de reflexión profunda y de intenso celo apostólico, ofrece – así os lo propusísteis- un denso conjunto de orientaciones doctrinales y pastorales, sobre cuestiones de suma importancia. A de servir, con sus válidos criterios, de luz y estímulo permanente para la evangelización en el presente y en el futuro de América Latina “.
Al celebrar este aniversario, el Episcopado Argentino quiere alabar y agradecer a Dios, recordando todo lo que ha significado Puebla para la vida de la Iglesia: una oportuna clarificación doctrinal, que exige como contenido integral de la Evangelización, la verdad sobre Cristo, la verdad sobre la Iglesia y la verdad sobre el hombre; la presentación de la tarea evangelizadora, la misión fundamental de la Iglesia como comunión y participación, con los centros, agentes y medios que le corresponde; la opción preferencial por los pobres y los jóvenes, en un continente donde precisamente estos son los sectores más importantes; el servicio misionero de la Iglesia, puesto en relación inmediata con los desafíos culturales del momento y con la situación pastoral del continente.
Acercándose ahora a la Celebración de los 500 años de evangelización en América Latina, como respuesta a la invitación del Santo Padre y a la urgencia de los tiempos actuales, la Iglesia en la Argentina busca el modo de emprender una evangelización "nueva en su ardor, en sus métodos, en su expresión". Con este fin se ha realizado la Consulta al Pueblo de Dios, en la cual han participado con notable interés muchos argentinos a quienes agradecemos su valiosa colaboración. Al mismo tiempo y en relación con el resultado de la Consulta, se trabaja en trazar líneas fundamentales de nueva evangelización para todas las diócesis, basadas en las orientaciones del Santo Padre y del magisterio de la Iglesia, que de tantos modos y con tanto vigor iluminan su misión apostólica hacia la "civilización del amor".
Por lo tanto exhortamos a todos los católicos a dar gracias a Dios por estos motivos y también a buscar la ayuda de su gracia, no sólo para comprender con renovado interés estas orientaciones del Magisterio, sino también para dejarse guiar por ellas en su vida personal y en su acción apostólica.
Buenos Aires, 15 de marzo de 1989.