106ª Reunión de la Comisión Permanente /
10 - 12 de agosto de 1993
Informe de prensa
Al culminar la reunión de la
106° Comisión Permanente
AI terminar la reunión de la Comisión
Permanente, los Obispos congregados en nombre de todo el Episcopado Argentino,
reiteramos el propósito de fidelidad a nuestro ministerio que queremos cumplir
para gloria de Dios y bien de nuestro pueblo.
Deseamos informar sobre nuestros esfuerzos
para que, de acuerdo a la voluntad divina y no a designios puramente humanos
podamos ayudar a nuestros hermanos en su duro camino moral a través de los
acontecimientos de la historia.
En las sesiones se recibió con mucha
atención el informe del Encuentro Interdisciplinar que se llamó "La
Iglesia escucha las nuevas realidades" y que manifiesta el interés de la
Iglesia por conocer la situación real de los individuos y la sociedad a quienes
dirige su mensaje evangélico.
Con el mismo interés se escuchó un informe
de la Comisión Episcopal de Pastoral Social que ya fue entregado oportunamente
a la prensa.
Se consideró la celebración del Congreso
Eucarístico Nacional con la conciencia de preparar una fiesta argentina que
tendrá por contenido el centro mismo de la vida eclesial, la Eucaristía,
Sacramento del sacrificio salvador de Jesucristo.
Se consideraron cuestiones de enseñanza,
más concretamente del Consejo de Educación Católica, que tiene tantos méritos
en la difusión de la enseñanza de la Iglesia, el cual, en el marco de la
libertad de enseñanza continúa una historia de innumerables sacrificios y
grandes méritos que sólo Dios conoce.
Se trataron reglamentos y estatutos de
instituciones apostólicas que atienden ámbitos tan importantes como la Acción
Católica, los Scouts Católicos y los Discapacitados.
AI final se oyó un informe sobre
preparación de la Red Informática de la Iglesia, por la cual esperamos estar
mejor comunicadas las diócesis argentinas entre sí, con América Latina y la
Santa Sede.
Los temas fueron tratados siempre desde el
punto de vista de la misión pastoral, es decir, para que los hombres cambiemos
la conducta, nos convirtamos y vivamos en comunión con Dios y con nuestros
hermanos en la administración sabia y honesta del mundo. No debemos y no
queremos invadir niveles temporales que corresponden a las instituciones
seculares. Sabemos, sin embargo, que no debemos desinteresarnos, y que el
cambio interior auténtico del hombre tiene consecuencias en todos los órdenes
de la vida: quien camina rectamente delante de Dios quiere hacer justicia, ser
solidario, defender la familia y su vida digna, combatir todo tipo de
corrupción, y ejercer las virtudes que construyen la Nación.
Sabemos que misterio del hombre sólo se
esclarece en el misterio de Dios, y que sólo el Señor es el Salvador de hombres
y naciones. Con este espíritu hemos querido servir a nuestro pueblo en esta
reunión.
Entregamos confiados este informe a la
responsabilidad de los comunicadores, quienes tienen la alta misión de
transmitir correctamente la verdad a la sociedad, la cual tiene derecho a una
información objetiva.
Buenos Aires, 12 de agosto de
1993.