111ª Comisión Permanente / 7 - 8 de marzo
de 1995
Declaración de la Comisión Permanente en
adhesión al Día Internacional de la Mujer
Este año, y en consonancia con el próximo
Encuentro Internacional en Beijing sobre la Mujer, Su Santidad Juan Pablo II ha
dedicado su mensaje para la Jornada Mundial por la Paz a la "Mujer,
constructora de la paz". La coincidencia del Día Internacional de la Mujer
con nuestra reunión de la Comisión Permanente, nos permite hacer llegar nuestra
palabra a todas las mujeres de nuestra patria.
Junto con el magisterio del Santo Padre,
queremos hoy dar gracias a Dios por cada mujer, por la "medida eterna de
su dignidad femenina", y por todo el bien que en la historia de la
humanidad, de nuestra patria y de nuestra Iglesia se ha cumplido en ellas y por
medio de ellas ("Mulieris Dignitatem", 31). En este Día Internacional
de la Mujer, sentimos la necesidad de volver a afirmar lo que dijéramos en
Santo Domingo: "tanto en la familia como en las comunidades eclesiales y
en las diversas organizaciones, las mujeres son quienes más comunican,
sostienen y promueven la vida, la fe y los valores". Por ello, "este
reconocimiento choca escandalosamente con la frecuente realidad de su
marginación, de los peligros a que se somete su dignidad, de la violencia de la
que es objeto muchas veces. A aquella que da y que defiende la vida, le es
negada una vida digna. La Iglesia se siente llamada a estar del lado de la vida
y defenderla en la mujer" (IV Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano "Santo Domingo", 106).
En el espíritu de preparación al Jubileo
del Tercer Milenio, queremos proponer a toda la comunidad, descubrir y valorar
la dignidad de la mujer, y corregir, todas aquellas actitudes que alimentan una
cultura materialista y discriminatoria. Debemos avanzar hacia la construcción
de la cultura de la Vida y de la unidad de todos los seres humanos, iguales en
dignidad y diversos en su identidad, porque Dios "a imagen suya los creó,
varón y mujer los creó" (Génesis 1,27).
Encomendamos la mujer argentina, a la
mujer elegida por Dios, María Santísima., para ser madre de su Hijo, nuestro
Señor Jesucristo, y madre nuestra.
111ª Comisión Permanente de la CEA
8 de marzo de 1995