Palabras de Mons. Samuel Jofré en la Festividad de Exaltación de la Cruz
Compartimos palabras de Monseñor Samuel Jofré, Obispo de Villa María, Córdoba, expresados mediante la homilía proclamada en la festividad de la Exaltación de la Cruz en la provincia de Salta, República Argentina.
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“Cuando vemos en el Señor Crucificado vemos nuestra obra, obra del pecado. Es la peor maldad que se puede haber cometido en toda la historia de la humanidad, pero en el mismo momento vemos el acto de amor más grande que se ha realizado en toda la historia de la salvación.”
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“En esta Fiesta del Milagro se nota de modo particular este gesto salvífico porque venimos y miramos al Cristo Crucificado con fe. ¿Qué nos dice esa fe? Este signo de muerte en la Cruz es instrumento de Vida.”
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“Así, el cristiano, mirando la Cruz reconoce su pecado y viendo el amor de Dios allí en la Cruz se deja ganar por ese amor y acude humilde a reconocer su culpa, a confesar sus pecados y comulgar el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que es Memorial de su Pasión. El Pueblo Salteño nos da un hermosísimo ejemplo a todos los argentinos y como esta mirada de Fe al Cristo Crucificado, que ha de volcarse en penitencia concreta, confesando las culpas y renaciendo así a nueva vida. Esto que hemos de vivir personalmente cada una nosotros podemos y debemos vivirlo también comunitariamente. Debemos aprender a ver las circunstancias de nuestra Patria y de la Iglesia con Fe.”
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“Dios, podemos decir, no quiere nuestra pobreza, no quiere la violencia, el robo o la corrupción, el aborto, la ideología de género. No quiere las peleas entre argentinos. Dios quiere salvarnos, pero nos va salvar por la Cruz.”
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“Tenemos compostura los argentinos, pero por medio de la Cruz; por eso tenemos que desconfiar de aquello que nos prometen o nos ofrecen un remedio sin Cruz. Nosotros sabemos que no es auténtico. El remedio de Cristo, que Dios nos da, nos viene por la Cruz. Tenemos que ser responsables y asumir las consecuencias de nuestros actos.”
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“Así como el Pueblo de Israel, que había quedado esclavo de Egipto, tenía que asumir la dificultad de salir de esa esclavitud con la sed en el calor del desierto, así también nosotros tenemos que ser responsables y asumir la obra de nuestras manos. Los males de nuestra Patria no nos han venido de Marte ni nos han venido por la maldad de algunos personajes extranjeros. Nuestra patria es lo que nosotros hemos hecho de ella.”
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Oficina de Prensa y Comunicación
Conferencia Episcopal Argentina