Mensaje Pascual del Presidente de la CEA, Mons. Oscar Ojea
Queridos hermanos y amigos, nosotros rezamos en la secuencia de Pascua; la vida y la muerte se enfrentaron en un duelo admirable; el Rey de la vida estuvo muerto y ahora vive.
Nosotros celebramos hoy el triunfo de la vida sobre la muerte, que es el triunfo del amor sobre el pecado y la muerte, es el amor de Dios el que resucita a Jesús y es el amor de Jesús el que provoca el amor del padre, por eso celebramos todo este amor.
Él es la vida, Jesús es la vida, él nos dice continuamente en el Evangelio: “Yo soy la resurrección y la vida, yo soy el camino, la verdad y la vida; yo soy el pan de vida”.
Y Él como es la Vida, con mayúscula, llama a la existencia a muchísimos seres, y Él quiere que todos los que son invitados a la existencia, puedan llegar a participar del banquete de la vida y tengan su lugar.
Nosotros no tenemos derecho a eliminar ninguna vida que Él llama a este convite. Él la ha cuidado, la ha provocado; la sostiene en el ser, quiere sostenerla en la creación y la llama a la redención.
Por eso en estas fiestas de la vida decimos: “Felices Pascuas!”, y pedimos al Señor que todos los argentinos, que están llamados a la vida, puedan encontrar su lugar y nosotros podamos crear un mundo más humano y más cristiano para poder acogerlos con dignidad.
Que Dios los bendiga y muy felices Pascuas.