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Homilía de Mons. Jorge Lugones durante la Misa de desagravio

En comunión con la Iglesia de Lomas de Zamora compartimos la homilía de Mons. Jorge Lugones durante la celebración de la Misa de desagravio ante la profanación de la Eucaristía en la Catedral Nuestra Señora de la Paz.

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“Padre perdónalos porque no saben lo que hacen“ (Lc.23,34)

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El grito de Jesús en la cruz al Padre es un acto de piedad ante el mal, Dios perdona por su propia bondad no porque alguno se lo merezca.

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Este amor de Dios que da la vida en rescate de muchos es el que Cristo anuncia con su vida, con su ejemplo y entrega: que el amor es más fuerte que el odio, que la violencia engendra violencia, que el que a hierro mata…

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Hoy nos hemos reunido para orar como pueblo de Dios herido en sus sentimientos y celebrar el sacramento de la fe, en reparación y desagravio por la profanación de la Eucaristía.

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Rezamos la oración de Jesús: Padre perdónalos porque no saben lo que han hecho. Porque atentar contra el sacramento del amor, es desconocer la generosidad de un Dios que se hace hombre para salvar a la humanidad del mal moral que destruye esa imagen y semejanza irrepetible, en cada uno de nosotros y que Él mismo plasmó en cada persona humana.

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No saben lo que han hecho porque el amor de Dios y la fe de su pueblo no pueden ser borrados, podrán insultar, agredir, violentar y hasta profanar lo más sagrado, pero sepan que no podemos renunciar al bien, a la verdad, al amor, porque dejaríamos de ser cristianos.

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No saben lo que han hecho porque esta santa casa, es la casa de todos, aquí partimos el pan de la Eucaristía, el pan de la Palabra y el pan con los más pobres. Pero queremos advertir, a quien tenga alguna intención torcida o solapada, alguna aversión aporofóbica -miedo o desprecio a los pobres- que si este es un meta mensaje por el compromiso social de esta comunidad, que acá vamos a seguir atendiendo a los pobres, a los ambulantes en situación de calle, a los que sigan necesitando de la bendición, de la reconciliación, de la contención o del consuelo; no nos van a intimidar.

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Ofrecemos como católicos, en este tiempo penitencial de Cuaresma además del ayuno, la oración y las obras de misericordia, también nuestra penitencia interna: sufrimiento, dolor, desconcierto, angustia, impotencia y tristeza…

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Quisiera compartirles también el dolor de hijo de María, así me siento y como todos ustedes no queremos que se mancille a nuestra Madre. Esta sagrada imagen venerada desde la sangrienta historia de la patria, es la que ha recibido tantas lágrimas y súplicas por la ausencia de paz en Argentina. Su advocación es de la Paz: María Madre y Reina de la Paz, por eso el pueblo de Dios sigue pidiendo su intercesión por la paz de las familias, por la paz social en nuestra patria, por los lugares de conflicto bélico en el mundo… Fue coronada al cumplirse los 150 años de la piedra fundamental de esta catedral y el motivo, -como siempre lo dijimos- no es porque ella necesite una corona y menos su Hijo, sino para que al contemplarlas recordemos que reinan en nuestro corazón.

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Finalmente quiero agradecer a mis hermanos obispos, sacerdotes a todos ustedes y a tantos que nos han hecho llegar su cercanía, consuelo y oración. Especialmente a las iglesias hermanas cristianas y de otros credos, como también a las Secretarías de Culto de la Nación, la Provincia y los Municipios.

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Celebremos entonces el misterio de la fe en reparación y desagravio al Santisimo Sacramento del altar. Y no dejemos de orar con las palabras de Jesús: Padre perdónalos porque no saben lo que hacen.

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+ Monseñor Jorge R. Lugones SJ

Obispo de la Diócesis de Lomas de Zamora

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Oficina de Comunicación y Prensa

Conferencia Episcopal Argentina

Documentos disponibles:
Mons.-Jorge-Lugones.-Homilia-Misa-de-desagravio.-050321.pdf





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