La Iglesia Argentina celebró la Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación

La Iglesia Argentina celebró la Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación convocada por el Papa Francisco. La oración ecuménica presidida por el Cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires y Vicepresidente 1° de la Conferencia Episcopal Argentina, se realizó al mediodía de este 1° de septiembre en la Catedral de Buenos Aires. Estuvo presente el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Mons. José María Arancedo, Mons. Iosif Bosch, Obispo de Pátara y Auxiliar de la Arquidiócesis Ortodoxa Griega de Buenos Aires,  representantes de otros credos y autoridades civiles.

Luego de las lecturas bíblicas, el Cardenal Poli recordó en su homilía que, desde hace varias décadas, el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla ha consagrado este día a elevar una oración por la obra creadora de Dios. Por eso, “hoy ponemos especial sentimiento de solidaridad con los más de 7.500 millones de hombres y mujeres que compartimos este fantástico espacio que llamamos la tierra”.

Luego de hacer referencia a diversos textos bíblicos que cantan por obra de Dios, recordó que el Evangelio de San Lucas “nos enseña que el Padre Creador no nos ha abandonado a nuestra suerte sino que sigue creando y gobierna el mundo con su providencia, que es amor y sabiduría. El mismo evangelista expresa el señorío del hombre, que lleva en su ser la impronta de su imagen y semejanza, muy por encima de todo lo creado”.

Por eso, dijo el Cardenal,  “la encíclica del Papa Francisco nos invita a valorar una ecología humana, en cuyo centro hay que poner al hombre” y agregó que “nos hemos reunido para rezar por el cuidado de esta obra amorosa de Dios y renovar el deseo de cuidarla”. Ello “nos invita no sólo a tomar conciencia, sino a dar un paso hacia una auténtica conversión ecológica, sin la cual no podremos dejar este mundo mejor de como lo hemos encontrado”, agregó.

Luego citó la Encíclica Laudato Si donde el Santo Padre dice que “los desiertos exteriores se multiplican en el mundo porque se han extendido los desiertos interiores. La crisis ecológica es un llamado a una profunda conversión interior. Pero también tenemos que reconocer que algunos cristianos comprometidos y orantes, bajo una excusa de realismo y pragmatismo, suelen burlarse de las preocupaciones de los hombres por el medio ambiente. Otros son pasivos y no se animan a cambiar los hábitos y se vuelven incoherentes”. “Nos hace falta una conversión ecológica, conversión del corazón que implica dejar brotar todas las consecuencias de su encuentro con Jesucristo en las relaciones del mundo que nos rodea. Vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de nuestra existencia cristiana. Existencia virtuosa. No consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana”.

Finalmente el Cardenal Primado de Argentina invitó a elevar “nuestra oración sumándonos a las intenciones del Papa Francisco por esta casa común y le pedimos con mucha humildad a Dios que nos comprometa con una conversión profunda del corazón para trabajar, cada uno de nosotros, en dejar este mundo mejor que como lo encontramos”.