Condolencias y solidaridad por los atentados terroristas en París.

La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina ha enviado esta mañana una carta al Arzobispo de París, Cardenal André Vingt-Trois, en la que, en nombre de la Iglesia que peregrina en Argentina, expresa “su cercanía, solidaridad y condolencias por los ataques terroristas sufridos el pasado 13 de noviembre en París y que hieren a la humanidad entera”.

El texto, firmado por Mons. José María Arancedo y Mons. Carlos Malfa, recuerda un párrafo del mensaje “La libertad religiosa es un derecho humano” de agosto de 2014 donde expresa que “la historia nos enseña que la intolerancia viene de la mano con la más cruel de las violencias, y lo primero que se pierde es la paz, tan necesaria para la convivencia humana. Las naciones que no aceptan ni valoran la pluralidad religiosa se aíslan de la comunidad internacional y se cierran a la cultura del encuentro. Lo que es más grave, para llevar a cabo su crueldad, invocan el nombre de Dios, que es Padre de todos los hombres… Nunca la fe en Dios puede justificar la violencia, la discriminación y la muerte”.

Finalmente la carta asegura la “oración confiada en el Dios de la Vida, especialmente por aquellos que han muerto, sus familiares y amigos” e implora “al Señor que derrame sobre el pueblo francés el consuelo y la paz que vienen de Dios”.

Texto completo de la carta: 

 

Buenos Aires, 16 de noviembre de 2015

Al Arzobispo de París

Cardenal André Vingt-Trois

Presente

 

Señor Cardenal y querido hermano:

                                   En nombre de la Iglesia que peregrina en Argentina hago llegar a usted, y por su intermedio al pueblo francés, nuestra cercanía, solidaridad y condolencias por los ataques terroristas sufridos el pasado 13 de noviembre en París y que hieren a la humanidad entera.

                                   Los obispos argentinos hemos expresado que “la historia nos enseña que la intolerancia viene de la mano con la más cruel de las violencias, y lo primero que se pierde es la paz, tan necesaria para la convivencia humana. Las naciones que no aceptan ni valoran la pluralidad religiosa se aíslan de la comunidad internacional y se cierran a la cultura del encuentro. Lo que es más grave, para llevar a cabo su crueldad, invocan el nombre de Dios, que es Padre de todos los hombres… Nunca la fe en Dios puede justificar la violencia, la discriminación y la muerte”. (“La libertad religiosa es un derecho humano” 168º Comisión Permanente - 14/8/2014).

                                   Nos unimos a la oración confiada en el Dios de la Vida, especialmente por aquellos que han muerto, sus familiares y amigos e imploramos al Señor que derrame sobre el pueblo francés el consuelo y la paz que vienen de Dios.

                                   Sin otro particular, lo saludo fraternalmente en Cristo y María Santísima, Nuestra Señora Reina de la Paz.

 

Firman: + José María Arancedo / Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz / Presidente de la C.E.A

               + Carlos H. Malfa / Obispo de Chascomús / Secretario General de la C.E.A.