La Diócesis de La Rioja celebró 90 años junto a San Nicolás
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La iglesia riojana celebró sus 90 años con una gran fiesta de fe, esperanza y misión junto a San Nicolás, la Virgen, el Niño Alcalde y los santos de toda La Rioja.
La iglesia de La Rioja festejó sus 90 años con una fiesta emotiva, cargada de emociones, fe y esperanza. En esta nota, te contamos los momentos más importantes del Tinkunaco riojano que nos une a Cristo Jesús.
La mañana comenzó con una temperatura muy baja. Tres grados y una sensación térmica de -1 grado bajo cero. El clima no tenía relación con el calor humano que poco a poco fue colmando la plaza principal de la Ciudad, la histórica 25 de Mayo. Este espacio siempre ha sido testigo de los momentos más relevantes de la historia de La Rioja.
En este Tinkunaco de invierno, nuestra plaza nos congrega como un verdadero Pueblo de Dios que se reúne para celebrar la Evangelización y dar gracias a Dios por las bendiciones que ha recibido la Diócesis riojana durante 90 años. El reloj marca 10:30, comienza el grupo animadores a ponerle música y palabras al festejo.
Un imponente escenario refleja la grandeza y relevancia de la fiesta. Con ruido de bocinas y aplausos los peregrinos del Decanato San Nicolás llegan a la plaza. Son locales y los primeros en asistir. Varias comunidades con sus imágenes de santos y santas y advocaciones de la Virgen María se aproximan con alegría y fervor. También llega el Decanato San Francisco Solano de la Ciudad Capital.
Como si fuesen los invitados especiales de la fiesta, las imágenes sagradas fueron ubicadas al costado del templo de la iglesia Catedral. Están todos los santos y santas que nos representan en la fe. Están todas las advocaciones de María que están presentes en el territorio riojano.
Casi una cuadra de santidad representada en una imagen. Una santidad que moviliza al pueblo riojano. El frío del inicio de la jornada comienza a ceder. El reloj marca 11:30 de la mañana y los peregrinos de los decanatos del interior San Pedro, San Pablo y San Juan Evangelista llegan con júbilo y emoción. La imagen de San Blas de los Sauces se gana el aplauso de los presentes. Algunos no pueden contener sus emociones y lloran ante escenas de fe y devoción.
Quedan pocos minutos para el mediodía, y la fiesta tiene otro momento emotivo. Desde el templo de la Catedral aparecen las imágenes de San Nicolás, el Niño Jesús Alcalde y la imagen de la Virgen del Valle. Estamos todos. El clima, ya pasa a un segundo plano. El sol riojano, de asistencia perfecta en cada Tinkunaco, se hace sentir con su calor de hermandad.
Como dice el poema de Enrique Angelelli… “Ya son las doce…Un niño vestido con la carne nuestra es encuentro de cielo y de mamá Tierra”. Suenan las campanas de la Catedral. Es mediodía. Es Tinkunaco. Monseñor Dante Braida, acompañado por el clero riojano comienza la celebración de la Misa.
El coro diocesano comienza con el canto inicial: Pueblo de Dios. Justamente, somos un pueblo unido en Cristo Jesús. Un pueblo que expandió 90 años de fe, esperanza y misión.
Monseñor Braida preside la Misa acompañado por Monseñor Urbanc, Obispo de Catamarca y Monseñor Marítnez, Obispo auxiliar de Santiago del Estero. Sacerdotes, seminaristas, diáconos se ubican en el altar y fieles laicos, religiosos, niños y grandes, jóvenes se unen en la fiesta de la Eucaristía.
“Nos hemos reunido de todos los puntos cardinales. Varios de ustedes han recorrido varios kilómetros para llegar hasta aquí”, expresó Monseñor Braida en la homilía. «Somos pueblo del Tinkunaco, un pueblo con vocación de Encuentro, por eso hoy a la misma hora que cada 31 de diciembre, estamos viviendo este encuentro entre nosotros, encuentro con los santos y encuentro con el mismo Dios”.
El obispo brindó un mensaje en que el valoró la historia de fe de la Diócesis que hoy le toca presidir pero también un mensaje actual en que indico que “hoy nos duele Loan, el niño desaparecido en Corrientes… nos interpela los despidos laborales dejando al descubierta áreas de servicios necesarios para la sociedad”.
Agregó que “hoy somos nosotros los elegidos y enviados por Jesús. En esos 72 estamos también nosotros como pueblo riojano, llamados y enviados por Jesús.
Se ven buenas señales de un compromiso creciente en la toma de conciencia de que los cambios pueden darse cuando ponemos los dones recibidos al servicio de los demás.
El mundo en que vivimos, nuestra tierra, nuestros pueblos y campos, el amplio mundo del continente digital son el lugar de misión que hoy tenemos. Allí encontramos muchos desafíos, injusticias, carencias y también necesidad de Dios, de cultivar un vínculo más estrecho con el Señor.
Vivir la vida como misión tiene muchas expresiones y todas enriquecen la vida social y comunitaria. No podemos quedar indiferentes al envío de Jesús ni tampoco a las necesidades de muchas personas”.
Te proponemos compartir juntos la homilía pronunciada por el obispo Dante Braida: La Rioja, 90 aniversario
Más información en: DiocesisLaRioja.org.ar
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Conferencia Episcopal Argentina
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