Imagen del contenido Se realizó el Encuentro Nacional del Orden de Vírgenes Consagradas

Se realizó el Encuentro Nacional del Orden de Vírgenes Consagradas

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Desde el viernes 18 al domingo 20, la Diócesis de San Luis, fue sede del Encuentro Nacional del Orden de las Vírgenes Consagradas (OVC). Particularmente, el Santuario del Santo Cristo de la Quebrada, fue el punto de encuentro, en donde más de 50 vírgenes consagradas de Argentina y Chile, acompañando el lema “Oren sin cesar”, participaron de espacios de oración y formación.

El sábado por la tarde, se vivió un especial momento en el seminario dado que, las vírgenes compartieron con la vida religiosa y consagrada de la diócesis, una merienda fraternal, testimonios y la Santa Misa que presidió monseñor Gabriel Barba.

Las charlas formativas centrales estuvieron a cargo de las vírgenes consagradas María del Carmen Oro y María Manfredi.

En ocasión de la Eucaristía del domingo 20, se realizó la ceremonia del "Pase de Lámpara". La misma, se entregó al Equipo Nacional a razón de que, el próximo año, se realizará el Jubileo de la Vida Consagrada en la ciudad de Luján, provincia de Buenos Aires.

Al finalizar, se decidió que Rosario y San Nicolás serán las sedes del Encuentro Nacional del Órden de las Virgenes Consagradas en el 2026.

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Con gratitud compartimos el testimonio de Isabel Baigorria Avaca:

“Hace dos años, en el Encuentro Nacional que se llevó a cabo en la ciudad de La Plata, comenzó a sonar fuerte como próxima sede a la ciudad de San Luis, a la diócesis de San Luis. En ese momento, solo yo estaba participando del Encuentro y parecía una tarea inaccesible, considerando que en San Luis solo somos dos consagradas. Y en una tertulia, en Retiro, con San Juan y Mendoza, surgió fuertemente el apoyo y el incentivo a que nos animáramos a llevar adelante uno de los encuentros nacionales en San Luis.

El año pasado, 2023, tenía que ser en la arquidiócesis de Buenos Aires, ya que nuestras consagradas de la arquidiócesis cumplían su 50 aniversario y lo realizamos al encuentro nacional en la casa de Mama Antula. Fue una experiencia de encuentro, como cada vez que nos reunimos una vez al año, muy rica, muy profunda, animadas por la experiencia de esta mujer fuerte que caminó los caminos de Argentina, llevando el mensaje del Evangelio y nos motivaba e incentivaba a seguir llevando la antorcha de los encuentros a cada punto de nuestro país.

San Luis no podía quedarse al margen y esa fue la ocasión, en la casa de Mama Antula, donde coincidimos en que el próximo encuentro 2024 sería en la diócesis de San Luis. Desde ese momento fue preparar el corazón, pensar, soñar, sufrir y poner manos a la obra de este encuentro que llegó y pasó, pero dejó una estela de luz y de esperanza.

En todas las que participamos, este 2024 en el Encuentro Nacional del Orden de Vírgenes en la localidad de Villa de la Quebrada, de la ciudad de San Luis, un santuario tradicional, un santuario muy querido para toda la región de Cuyo y muy, muy, muy centrado en el corazón de la diócesis de San Luis. Muy querido para mí, particularmente, con una fuerte impronta en mi espiritualidad, con la presencia del Cristo de la Quebrada. Cada momento, cada circunstancia, cada hora, cada acontecimiento de este encuentro nacional fue marcado, guiado, orientado e iluminado por la presencia del Cristo.

El Cristo es imponente, majestuoso, inmenso, eterno, la majestuosidad misma. En mis 56 años de vida y 56 años de peregrinar al Cristo, siempre fue algo gigante, inmenso, inconmensurable para mi espiritualidad.

Las resonancias fueron de gratitud, de gozo, de paz, de alegría profunda, de fraternidad vivida, consolidada y como compromiso de vida también, profundamente consustanciadas con esta llamada de la Iglesia a caminar juntas, a vivir el compromiso asumido desde la fraternidad profunda, desde el anuncio gozoso, desde la presencia silenciosa pero perseverante de cada una de nosotras en nuestros lugares de trabajo, como hizo Jesús en Nazaret, pasando por uno de tantos. Sin embargo, cumpliendo con la misión que el Señor nos ha confiado a cada una, tan pequeña como cada una de nosotras y tan grande, tan inmensa, tan preciosa como es la Iglesia, a lo largo y a lo ancho de todo nuestro querido país, Argentina y el mundo.

Por lo tanto, desde un lugar pequeño, como Villa de la Quebrada, para cada una de nosotras ha significado una renovación profunda del sentido de la consagración, del sentido de la pertenencia a la Iglesia, del sentido de pertenencia fraterno en nuestras comunidades y de la misión ineludible que cada una de nosotras tenemos como consagrados dentro de las iglesias locales. Profundamente renovado el corazón, encendida la esperanza, caminando hacia el próximo jubileo de la vida consagrada y el jubileo de toda la Iglesia universal.

Ese tiempo de gozo y de paz, de perdón, de reconciliación, que la Iglesia nos propone para ser en medio de nuestros hermanos una lamparita que se enciende con el aceite puro del Espíritu y la perseverancia y la fidelidad a aquel que nos amó primero”.

Gentileza informativa por parte del equipo de comunicación de la Diócesis de San Luis. Del mismo modo, agradecemos a Isabel Baigorria Avaca por su testimonio.

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Oficina de Comunicación y Prensa

Conferencia Episcopal Argentina

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Documentos disponibles:
enc._nac._orden_de_virgenes_consagradas_2024_sp.pdf



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