El pueblo quiere saber de qué se trata (Mons. Franzini, Rafaela, 25 de Mayo)

Lecturas: Lev 19, 13-16; Salmo 33; Mt 22, 15-22

Mis queridos hermanos:

Como hicieron la primera Junta de Gobierno y todo el pueblo de Buenos Aires en 1810, también hoy nosotros llegamos a la casa de Dios para dar gracias y para buscar luz en Quien la Constitución Nacional reconocerá años más tarde como “fuente de toda razón y justicia”.

La Palabra de Dios que hemos escuchado señala claramente lo que la razón, enriquecida y plenificada por la fe, nos propone como las normas básicas de toda convivencia humana. La primera lectura nos presenta parte de lo que la tradición judeo-cristiana conoce como los diez mandamientos, principios enraizados en la naturaleza humana para vivir una vida digna, plena y fecunda. El Evangelio pone en boca de Jesús la deseable autonomía de las realidades temporales, que no se entiende como contraria o ajena a la dimensión religiosa de la persona humana sino como legítima construcción de la comunidad desde el respeto a principios básicos propios de la naturaleza de las cosas y que hacen auténtica toda convivencia entre personas y comunidades, teniendo a Dios como referencia fundante y siempre presente.

Acabamos de realizar las elecciones primarias provinciales. Se trata de un paso importante dentro del marco institucional previsto por nuestra legislación para afianzar un proceso democrático que favorezca y garantice la creciente participación activa y responsable de los ciudadanos. Por cierto que las responsabilidades ciudadanas no pueden reducirse al acto electoral; sin embargo, en este simple gesto se juega mucho de lo que somos y queremos como Nación, como provincia, como comunidad local y, por tanto, no hemos de perder de vista la trascendencia de lo que hoy es ya –gracias a Dios- una frecuente práctica democrática en nuestro país.

Con mirada creyente y agradecida valoramos esta instancia participativa que nos compromete a todos los ciudadanos y nos cuestionamos sobre nuestro real compromiso en esta instancia decisiva de nuestra vida social y política. La fiesta patria que celebramos nos invita, entonces, a hacer una breve, serena y realista reflexión sobre este acontecimiento que hemos compartido hace muy pocos días.