Mensaje de Pascua de Mons. José María Arancedo

Cada año la celebración de la Pascua renueva nuestra fe en la presencia de Jesucristo, que con su triunfo nos abre el camino a una Vida Plena. Pascua significa que la última palabra no la tiene el mal sino el bien; desde ella tenemos la certeza de que el amor, la verdad y la paz no son una utopía sin raíces,  sino una realidad que se convierte en el fundamento de nuestra esperanza y devuelve al hombre su dignidad y grandeza. La Pascua es un don que Dios nos entrega en Jesucristo, pero que necesita del sí de nuestra libertad para hacerse realidad en nuestras vidas. Por ello, la vivencia plena de la Pascua nace de un encuentro vivo con Jesucristo que da: “un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Benedicto XVI).