Homilía Misa de Apertura 103° Asamblea Plenaria

Iniciamos en esta Eucaristía la 103° Asamblea Plenaria del Episcopado Argentino. Este hecho es, ante todo, un motivo de gratitud a Dios. Venimos para expresar nuestro afecto colegial, guiar la acción evangelizadora de la Iglesia y afianzar nuestros lazos de comunión. Es un encuentro de pastores llamados a iluminar y a servir desde la Palabra de Dios el camino de la Iglesia en la Argentina. Necesitamos abrirnos con docilidad al Espíritu de Dios para ser discípulos del Señor en nuestro servicio. La imagen de Esteban, que acabamos de escuchar, es elocuente cuando se nos dice de él que, como hombre invadido por el Espíritu de Dios, todos: "quedaban admirados frente a la sabiduría y al espíritu que se manifestaba en su palabra" (Hech. 6, 10). La primacía de Dios era su fuente, su fortaleza y confianza.