Homilía del Cardenal Bergoglio - Te Deum 25 de Mayo
“Un escriba que los oyó discutir, al ver que les había respondido bien, se acercó y le preguntó. “”¿Cuál es el primero de los mandamientos?”. Jesús respondió: “El primero es: Escucha Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor, y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más grande que éstos.” El escriba le dijo. “Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que El, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios.”Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: “Tú no estás lejos del Reino de Dios”. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.” (Mc. 12: 28-34)
La celebración de mayo de 1810, en este sexenio del bicentenario de la Patria, nos remite una y otra vez a los fundamentos de nuestro convivir diario familiar y social y, por tanto, sociopolítico también. Aquellos primeros movimientos y acuerdos básicos dieron comienzo a un proceso, a un torbellino de sucesos que generaron la independencia posterior de la Nación en la que hoy habitamos y en la que queremos ser ciudadanos protagonistas.