XXV Aniversario Consagración Episcopal: Mons. José María Arancedo

Queridos hermanos:

1 – Quiero compartir los sentimientos que me embargan al cumplir 25 años de obispo, ellos reconocen su fuente en la bondad y en la fidelidad de Dios. Dios es bueno, Dios es fiel, es la experiencia que hoy puedo testimoniar y se convierte en motivo de acción de gracias. Hay una primacía de Dios que no significa desconocer el valor de lo humano, una historia, una familia, personas que me han acompañado y a quienes mucho les debo, pero a mi vida solo la entiendo y la puedo explicar desde esa fuente primera que es el amor de Dios que se hizo llamada y camino eclesial en la vocación sacerdotal. Siempre recuerdo las palabras del Cardenal Pironio cuando celebró sus 50 años de sacerdote en Mar del Plata. En esa ocasión, luego de mi intento por ponderar su fidelidad sacerdotal, pienso que él habrá escuchado con santa paciencia mis elogios y me responde dirigiéndose a la comunidad: “vengo a celebrar la fidelidad de Dios”. Dios ha sido fiel conmigo. Quiero testimoniar ante ustedes su fidelidad. En esta simple respuesta nos dio una profunda clase de teología y de espiritualidad.