Misa de Apertura 106º Asamblea Plenaria: Homilía de Mons. Arancedo

Iniciamos con esta eucaristía y en la memoria de san Carlos Borromeo, nuestra 106° Asamblea Plenaria. La figura de san Carlos nos habla de un pastor que ha enriquecido el ejercicio del ministerio episcopal. Forma parte de esos testigos a los que siempre volvemos. Su memoria nos hace bien, actualiza su ejemplaridad episcopal y creatividad pastoral. Venimos de celebrar la clausura del Año de la Fe, que fue: “una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor” (PF 6), con motivo de los 50 años del Concilio Vaticano II y los 20 años del Catecismo de la Iglesia Católica. Ambos acontecimientos fueron tiempo de gracia y signo de vitalidad en la Iglesia. En este marco hemos vivido dos acontecimientos que son motivo de gozo y compromiso eclesial, me refiero al inicio del ministerio petrino de nuestro hermano Francisco y a la beatificación del Cura Brochero. Pidamos la luz del Espíritu Santo para dirigir nuestra mirada de pastores al interno de la vida de la Iglesia, como para renovar nuestra vocación de servicio en este mundo creado y amado por Dios. 
 
Si tuviera que resumir lo vivido en estos acontecimientos, incluida la recordada Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, diría que se nos presentó de un modo claro y exigente la dimensión misionera de la Iglesia. Ella existe para evangelizar. Nuestro ministerio está llamado a ser vivido en el ámbito de su misterio de comunión misionera. Este camino eclesial, que reconoce momentos muy ricos en Evangelii Nuntiandi y Redemptoris Missio, ha tenido un anclaje providencial en Aparecida. Me atrevería a decir que sus Conclusiones han sido un fecundo servicio teológico-pastoral al magisterio de la Iglesia Universal. Debemos dar gracias a Dios por la recepción que han tenido entre nosotros la Carta sobre la Misión Continental y las Orientaciones Pastorales. Estos hechos, que urgen la dimensión misionera de la Iglesia, nos hablan principalmente a nosotros, llamados a presidir y animar la vida pastoral de la Iglesia.