Misa inaugural: Homilía de Mons. Arancedo

Con la celebración de esta eucaristía iniciamos nuestra 108° Asamblea Plenaria en la  memoria de san León Magno, Papa y doctor de la Iglesia. Su vida, su doctrina y ministerio han marcado el camino de la Iglesia en tiempos de definiciones cristológicas y de afianzamiento eclesial. En la palabra de León la Iglesia reconocía la voz de Pedro, y en ella la promesa de la asistencia del Espíritu Santo. La celebración de su memoria nos mueve a renovar nuestra fe y comunión con la persona y el ministerio del Santo Padre, a quién el Señor le dijo en Pedro: “pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, después que hayas vuelto, confirma a tus hermanos” (Lc. 22, 32).